“En el pico más elevado de una cadena de colinas a unos 700 pies sobre el nivel del mar, encontré lo que más me interesó: un inmenso fragmento en arco descansando sobre su lado convexo, esto es, invertido. ¿Habrá que creer que tal fragmento que es más probable, que antiguamente existía, en las misma cadena de montañas, una parte de más elevada que el punto sobre el que reposa actualmente ese monumento de una gran convulsión de la Naturaleza? Como los fragmentos que se encuentran en los valles no están redondeados y los intersticios no se hallan rellenos de arena, hay que deducir que el periódico de mar ayudó su erosión”.