Gonna Arrele I, Laconi, Cerdeña, IV milenio a.C.
Es el primer menhir sardo, descubierto en 1957 y en expuesto actualmente en el Museo Archeologico Nazionale de Sassari. La figura de la parte superior, interpretada como un arco superciliar, puede interpretarse como la impronta de benou, el rayo solar. La figura central, un hombre cabeza abajo, puede interpretarse como el símbolo de ka, el eterno errar para la adoración del sol. La figura de la parte inferior, una vulva o un doble puñal, puede interpretarse como una flecha. La llanura de Genna Arrele donde fue erigido dicho menhir, se encuentra en el camino de la trashumancia que conduce al Valle Iddocca. “No es extraño que las piedras clavadas se encuentren en las cercanías, cuando en los márgenes, de antiguas vías que todavía hoy se reconocen, especialmente por las trashumancias de los pastores, o bien en las encrucijadas. Una vereda milenaria sube y pasa entre dos hileras de monumentales piedras clavadas, que forman algo parecido a unos propileos, en el puerto de montaña de Perda Oddocca-Laconi. Es plausible pensar que los menhires fueron concebidos y realizados para la función local de simulacros de culto por parte de los habitantes de los poblados de la zona en la cual abundaban, pero también como puntos de referencia, como señales o como lugares de descanso del silencio y arcano espacio ocupado por la hilera de menhires de Perda Loddocca, algunos grupos humanos no se detenían en torno a ellos para las ceremonias sagradas durante la trashumancia pastoral.” GIOVANNI LILLIU, La civita dei sardi, dal paleolitico all’etá dei niraghi, Nuova ERI, Turín, 1988.