Un informe elaborado en 1772 por Francisco Millau Maraval señalaba: “ Los Pampas no tienen habitación fija y solo vaguean por las dilatadas campañas… Los Serranos tienen sus paradas y habitaciones principales en unos corrales que hacen de piedras en la primera sierra de Tandil y Volcán”
Resulta claro, en definitiva, que muchas parcialidades aborígenes y mas precisamente los Serranos, fijaron su paradero en las sierras al sur del salado: Aguadas, pastos y abundancia de caza y posibilidad de hábitat, convertían a la región en un lugar propicio para la concentración y organización de las tribus.