Las cuencas excavadas en la roca también están orientadas siguiendo las salidas y puestas de sol. La cuenca de las Piedras Locas de la Filouziére (Las Dispersas, en Vendée) tienen en su cavidad diez cúpulas que parecen se las Pléyades durante el equinoccio.
Las cúpulas forman implantaciones de grupos de estrellas, Estas manifestaciones cósmicas grabadas sobre las piedras megalíticas tenían una orientación precisa, al mismo tiempo que una protección mágica. Las llenaban con frecuencia, y las siguen llenando, las aguas de lluvia.
Al recibir los rayos luminosos del Sol o del Claro e lune, el agua reflejaba la luz procedente del Cosmos, y daba vida a estas manifestaciones del cielo sobre la Tierra.
Así, pues, el hombre creía que esas estrellas estaban habitadas por seres superiores. Las convirtió en morada de los dioses y refugio del alma de los desaparecidos.