La piedra, libro en el que nuestros lejanos antepasados dejaron consignadas notables manifestaciones de su saber, ha sido, por esto mismo, el elemento al que más valiosos servicios debemos en esa laboriosa y ardua tarea de exploración siendo por medio de él que hemos llegado a adquirir la mayor parte de los datos que poseemos sobre la existencia de los pueblos que aquellos formaron y sobre la cultura artística, religiosa y científica de los mismos. Con la piedra fabricaban sus armas, instrumentos y útiles durante enormes períodos que bien podríamos decir que confinan, en ciertos casos,con una época relativamente próxima a la de las civilizaciones conocidas;edificaron en sus principales ciudades sus templos y habitaciones más importantes; construyeron los gigantescos muros de sus fortalezas;eligieron sus grandes y admirables monumentos y representaron a sus divinidades, tallandola, algunas veces, para estos fines,de acuerdo con el arte que en cada caso el propio de la Anto les había hecho alcanzar.