Los megalitos fueron utilizados por doquier para la búsqueda de este conocimiento cósmico indispensable para la supervivencia de los hombres de aquellas lejanas épocas y su evolución. Existen en todo el mundo.
La piedra en bruto, por su potencia de recepción y emisión de las corrientes telúricas y cósmicas, encierra en su estructura interior algo que procede de otra parte, y que irradia a su alrededor. Esta función mágica hizo que el hombre la utilizara con fines protectores y de fecundación.
Los menhires, estas piedras alzadas, hieráticas y secretas, a veces están plantados a la entrada de los dólmenes (Piedras Planas), como los guardianes del alma de los antepasados, mitos que no se ven, pero se pueden percibir, procedentes de un lejano pasado, relacionados con el curso de las estrellas.